martes, 27 de diciembre de 2011

Nuestra Promesa

Todo eso sucedió para que se cumpliera el mensaje del Señor a través de su profeta: «¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel, que significa “Dios está con nosotros”». 

Mateo 1:22-23 Nueva Traducción Viviente (NTV)


La Navidad es más que un gran acontecimiento, es una promesa que ha sido ofrecida a toda la humanidad, una promesa personal que es aplicable a los 365 días del año y cuando entendemos su importancia, la Navidad toma un significado completamente nuevo.

La noche en que nació Jesucristo, el Dios eterno fue motivado por amor a entrar en la familia humana. Fue concebido por el Espíritu Santo y nacido de una virgen para ser uno de nosotros. Pero Él nunca dejó de ser Dios. Sin la encarnación (que es el nacimiento de Dios en carne humana), no hay esperanza para nadie que jamás haya vivido. Sin Jesús, tendríamos que comparecer ante el Dios Todopoderoso con todos nuestros pecados delante de nosotros.

En este tiempo de Navidad, te animamos a orar al Señor.

Al mirar el árbol de Navidad, piensa en EL MADERO: Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí la maldición de nuestras fechorías. Pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero».Gálatas 3:13 (NTV).

Cuando veas las luces, recuerda LA LUZ: Jesús habló una vez más al pueblo y dijo: «Yo soy la luz del mundo. Si ustedes me siguen, no tendrán que andar en la oscuridad porque tendrán la luz que lleva a la vida». Juan 8:12 (NTV).

Y cuando mires todos los regalos, recuerda EL REGALO: »Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16 (NTV).

¡FELICES FIESTAS!

Oración: Señor, gracias por que enviaste a tu Hijo para que todo aquel que en Él crea no muera, sino que tenga vida eterna, gracias por las muestras de amor a mi vida, gracias porque el mejor regalo que he recibido, es tu SALVACIÓN, por Cristo Jesús. Amén.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Fe en acción

Mas el pueblo que conoce a su Dios, se esforzará y actuará.

Daniel 11:32b
         Existen muchos cristianos que confunden entre lo que es el vivir por la fe y lo que ellos tienen que hacer en ese caminar por fe. Ellos piensan que lo único que basta es creer y no hacer nada más. En la vida espiritual así como en cada área de nuestras vidas, siempre hay algo que nosotros debemos hacer.


         Hasta que no encendamos el motor y apretemos el acelerador, el auto no se moverá. Puede ser un auto con el motor mas potente, pero no se moverá hasta que alguien primero lo encienda.


         El pasaje de hoy nos dice que el pueblo que conoce a su Dios se esfuerza y actúa. Cuando no conocemos a Dios, nos quedamos con los brazos cruzados, pues nos quedamos solamente con la fe y no con la acción.


         Así como somos salvos por gracia, seguimos a Jesucristo esforzándonos por vivir una vida que le agrade. Así nuestra fe: nuca debe ser pasiva, sino activa y esforzada.


         Existen tiempos determinados donde el Señor nos pide que nos quedemos quietos y veamos cómo hace su obra, pero en muchas ocasiones, Él va siempre adelante de nosotros, esperando que le sigamos esforzándonos.


Oración: Te pido Señor, que me ayudes a actuar cuando mi fe lo requiera, hoy dejo mi pasividad espiritual y comienzo a moverme confiando en ti. Por Cristo Jesús. Amén.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Dios es como...

     Cierto día, la profesora, queriendo saber si todos habían estudiado la lección solicitada, preguntó a los niños quién sabrían explicar quién es Dios. Uno de ellos levantó el brazo y dijo: "Dios es nuestro Padre. Él hizo la tierra, el mar y todo lo que está en ella; nos hizo como hijos de Él". La profesora, queriendo buscar más respuestas, fue más lejos: -"¿Cómo saben que Dios existe, si nunca lo han visto?". La sala quedó toda en silencio.

Pedro, un niño muy tímido, levantó la mano y comenzó a hablar: "Mi madre me dijo que Dios es como el azúcar en mi leche que ella me prepara todos los días. Yo no veo el azúcar que está dentro de la taza en medio de la leche, pero si ella quita el azúcar, queda sin sabor. Dios existe y está siempre en medio de nosotros, sólo que no lo vemos. Pero si Él no está, nuestra vida queda sin sabor."


La profesora sonrió y dijo: "¡Muy bien Pedro! yo les enseñé muchas cosas, pero tú me enseñaste algo más profundo de todo lo que yo ya sabía. Yo ahora sé que Dios es nuestra azúcar y todos los días está endulzando nuestra vida". Le dio un beso y salió sorprendida con la respuesta de aquel niño.


La sabiduría no está en el conocimiento, pero sí en nuestra vivencia con Dios en nuestras vidas, pues hay muchas teorías, pero dulzura como la de Dios no existe todavía, ni en los mejores azúcares.




Que Dios bendiga y endulce tu vida todos los días.


Oración: Gracias Señor, por las muestras de amor que nos das. Ayúdame a tener sabiduría, a conocerte y comprenderte mejor para poder amarte más y saborerar mejor tu presencia en mi vida. Ayúdame a compartir con otros esta bendición. En el nombre de Jesucristo. Amén.






lunes, 3 de octubre de 2011

Perdonados para perdonar


 "Si tu hermano peca contra ti, trata de guiarlo a arrepentirse, hablando a solas con él, con testigos o con la Iglesia. Pero si no se arrepiente, es como un incrédulo. Si se arrepiente y te pide perdón, debes perdonarlo hasta setenta veces siete." Basado en Mateo 18:15-20


El verdadero sentido de la palabra 'perdón' no es sólo cubrir las faltas; debe haber arrepentimiento. Si una persona, peca contra nosotros, debemos ayudarle a que entienda que cometió una falta y se arrepienta de lo que hizo. Si él oye la exhortación y se arrepiente, lo habremos ganado para Dios. Si no oye la exhortación, debemos llevar a una o dos personas como testigos y exhortarle nuevamente para que cambie su manera de actuar. Pero si no oye, entonces debemos exhortarle con la autoridad de la iglesia. 


Todos los pecados son perdonados en Cristo, pero siempre y cuando haya arrepentimiento. 


¿Dejo pasar el pecado de otro, aprobándolo directamente por temor a confrontarlo? ¿A quién debo exhortar con amor para ayudarle a volver de los malos caminos?


La parábola de la deuda de diez mil talentos nos enseña que, así como hemos sido perdonados por la gracia infinita de Dios, debemos perdonar al prójimo. Si no lo hacemos, Dios tampoco nos perdonará. Basado en Mateo 18:21-35


Haciendo cuentas: Cien denarios valen seiscientos mil veces menos que diez mil talentos. Un denario era el jornal de un día, que podría ser de 10 dólares; entonces cien denarios serían mil dólares. Y diez mil talentos equivalen a seiscientos millones de dólares. ¡Cuán egoístas y malos somos si habiendo sido perdonados por diez mil talentos, no perdonamos por cien denarios!


Cuanto mayor es la gracia que recibimos, mayor es la gracia en nosotros para perdonar y pedir perdón. De lo contrario, seremos como el malvado que fue perdonado pero no fue agradecido.



¿Hay alguien a quien no he podido perdonar? ¿Tengo presente el perdón infinito que recibí de Dios? ¿Pediré a Dios que me dé su gracia infinita para perdonar hoy?


Oremos: 
  • Para que el amor y la gracia perdonadora de Dios reinen en mi corazón hacia otros.
  • Que el perdón fluya en amor y gracia en la Iglesia, manteniéndola en santidad.
  • Que entre autoridades y gobernantes haya perdón y no rencor, y que entre líderes, entre grupos sociales y económicos, entre razas, reine la paz en nuestro país.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Fuertes en la debilidad

De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Romanos 8:26


 En la vida cristiana, tener una "fachada" de súper espiritualidad no funciona. ¿Nunca te pasó que en una reunión, con hermanos de la iglesia, compartes abiertamente una de tus debilidades y al momento observas que todos te miran como diciéndote con sus miradas: "eso te pasa porque eres débil y un carnal"? - como si a ellos estas cosas nunca les hubieran pasado. El cristianismo auto suficiente no tiene base en las Sagradas Escrituras.


El pasaje de hoy nos dice que el Espíritu Santo, nuestro gran Ayudador, está listo para acudir en nuestra ayuda para enfrentar nuestras debilidades. Nunca olvidemos que si somos fuertes, es por la gracia del Señor, no porque nosotros lo seamos por nosotros mismos. Nuestra carne es débil y necesita de una ayuda superior para que se manifieste el poder de Dios.


No te sientas condenado ante tus debilidades, más bien dale gracias al Señor porque en tu debilidad, si solicitas ayuda, el Espíritu Santo estará a tu lado para hacer de ti un cristiano fuerte y vencedor. para que la fortaleza de Dios se manifieste, debemos ser débiles, pues del poder de Dios se manifiesta donde existe debilidad.


Confesión de fe: 



EL ESPÍRITU SANTO ME AYUDA EN CADA UNA DE MIS DEBILIDADES.
Oración: 

Gracias Espíritu Santo por tu fuerza y fortaleza que viene sobre cada una de mis debilidades. Transfórmame en un cristiano fuerte en este día. Te entrego esta debilidad (menciona específicamente cuál es) para que sea cambiada en fortaleza. La gloria sea para ti, en tu Santo Nombre, Jesucristo. Amén.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Nuestro Fundamento

"Desde el último rincón de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo, porque tú has sido mi refugio,Y torre fuerte delante del enemigo." Salmos61:2-3


Los fundamentos o la base de un edicifio son la clave para que todo lo que se edifique arriba de ella permanezca cuando los vientos y temblores lleguen. Cuanto más alto sea el edificio, más prifundo debe ser su fundamento.


En la vida cristiana sucede algo semejante al proceso de la edificación espiritual: La clave es el fundamento.
La Biblia nos enseña que Cristo es la Roca fuerte del cristiano. Cristo es la Roca más profunda y alta a la misma vez. Su profundidad nos sirve de refugio y además nos provee seguridad en medio de la tormenta y los ataques del enemigo. Su altura nos lleva a las corrientes del Espíritu Santo para vivir en plenitud espiritual.


En tiempos difíciles que talvez estés pasando, donde todo parece "arena movediza", no olvides cuál es tu fundamento, cuál es la Roca firme en la cual tú estas de pie: Cristo el Señor. Con ésta clase de fundamento, tú podrás permanecer firme cada día de tu vida y vivirás seguro.


Confesión de fe: 


Mi vida está fundada sobre la soca firme que es Cristo Jesús.


Oración: 


Señor, te alabo y te bendigo, porque en medio de las "arenas movedizas" de la vida tú eres mi roca firme e inconmovible. Te pido que siempre viva confiado en ti y permanezca bajo los fundamentos sólidos de tu palabra. Amén.

domingo, 28 de agosto de 2011

El poder vivificante de Dios.

"Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás; contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, y me salvará tu diestra". Salmos 138:7


A nadie le gusta pasar tiempos difíciles de tristezas y angustias, pero no estamos libres de esto. Jesús mismo dijo que en el mundo tendremos aflicción. Esto no significa que nuestra vida tiene que ser triste y un valle de lágrimas, pero como cristianos podemos aprender a  atravesar y transformar estos tiempos en victoria. La clave no está en reprimir el llanto sino en vivir dependiendo de la Gracia del Señor.


El pasaje de hoy nos dice que, en medio de la angustia, podemos experimentar el poder vivificador de nuestro Dios. La angustia es peligrosa si se nos escapa de las manos, nos puede conducir a la depresión. Para evitar futuras complicaciones, podemos y debemos acudir a nuestro Rey y pedirle socorro. Cuando lo hacemos, fluye de su presencia el poder vivificante del Espíritu Santo que nos cubre con su fuerza renovadora.


Quizá no podamos evitar vivir sin angustias, pero lo que no debemos evitar, en los tiempos de angustia, es vivir sin el poder vivificante del Señor. Su gracia y las muestras de su amor hoy están disponibles para tu vida, si las buscas.






Confesión de fe: 
EN MEDIO DE LA ANGUSTIA, TENGO EL PODER VIVIFICANTE DEL SEÑOR.
Oración: ¡Bendito seas tú Señor! por el poder vivificante que viene de ti en tiempo de angustia. Gracias por sostenerme y alentarme, gracias por las muestras de tu amor. Gracias por tus bendiciones derramadas sobre mí. En el nombre de Jesús. Amén.