Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren. 1 Timoteo 4:16(RVR1960)
Al ser humano le cuesta mucho reconocer sus propios errores y faltas. Cada vez que es descubierto en alguna cosa deshonesta, la oculta; y en vez de reconocer y confesar su error, trata de derivarlo a otras personas. Le echa la culpa de todo a otros menos a sí mismo.
Esto no es nada nuevo. En el Jardín de Edén cuando Eva y Adán pecaron, Dios se dirigió primero a Adán y su respuesta fue: "La esposa que me diste", después de dirigirse a Eva, ella dijo: "La serpiente me engañó". Esta es una característica natural: No reconocer nuestros propios errores.
El pasaje de hoy nos muestra que nosotros mismos somos los causantes de los problemas. Es muy fácil echarle la culpa a la gente, al país o al diablo, pero se necesita valentía para reconocer los errores propios. Hay cristianos que son muy cuidadosos con lo que creen, son muy cuidadosos de la sana doctrina bíblica, pero son descuidados de sí mismos.
Debemos aprender a conocernos y darnos cuenta que el mayor peligro no reside afuera sino dentro de nosotros, en nuestro corazón, lleno de pecados y maldades.
Abre tus ojos en este día y aprende a conocerte a ti mismo como realmente eres y recuerda esta frase: "Todo lo bueno que en mí veas, fue la obra de Dios. Todo lo malo que todavía tengo, Él está trabajando para corregirlo". ¡Ten cuidado de ti mismo!
Confesión de fe: Empiezo a verme tal como soy y a cuidarme de mí mismo.
Oración: Señor, guárdame de mí mismo, trabaja en mí para que pueda realmente ser todo lo que tú deseas que yo sea. Por Cristo Jesús. Amén.
Compartimos esta canción de Lilly Goodman: Sin miedo a nada.
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