“Yo
soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste
lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”
Jesucristo se
identifica en este pasaje de la escritura como la Vid verdadera y nosotros, sus
seguidores, como las ramas o los pámpanos.
Si utilizamos un poco el pensamiento nos daremos cuenta que la vid y las
ramas son una misma cosa pues una vid está compuesta por la raíz, el tronco,
las ramas (pámpanos) y el fruto.
Lo que Jesús está
enseñando aquí es que existe una unión sobrenatural entre aquellos que siguen
al Señor y el Señor mismo. Esa es la
clave para dar buenos frutos en la vida: Vivir siempre unidos a Jesús. Separarnos de Él, equivale a morir en vida y
dejar de dar fruto.
El pasaje de hoy es
terminante, y dice que “nada podemos hacer separados de él” ¿Qué significa que “nada podemos hacer”? Lo que Jesús está diciendo es que nada, que
sea de Su agrado y cuente con la aprobación de Él, podemos hacer sin Su
preciosa ayuda; en cambio con Él podemos emprender grandes cosas.
Sin Cristo, lo que
hagamos puede ser bueno pero será limitado pues no contará con el poder
sobrenatural del Señor ni con Su aprobación.
Muchos hacen cosas “para el Señor” que Dios realmente no aprueba.
Siempre lo que Dios
aprueba es todo lo que viene como resultado de la unión y unidad entre el
discípulo y su Señor. Si separados del
Señor nada podemos hacer ¿cuánto podremos hacer unidos a Él?
¡Tú ya sabes la
respuesta!
CONFESIÓN DE FE: UNIDO AL SEÑOR PUEDO
HACER GRANDES COSAS PARA SU GLORIA
ORACIÓN: ¡Realmente sin Ti no
puedo hacer nada Señor! Toma lo inútil
que soy, en este día, y dame de Tu poder para que unido a Ti, pueda hacer cosas
que traigan gloria a tu Santo Nombre. Por
Cristo nuestro Señor. Amén.